Hemos compartidos tantos momentos diversos, todos y cada uno de ellos, ha servido para nuestro crecimiento tanto personal como grupal.
Estamos agradecidos de tu presencia, de tu ayuda, de tu consejo y de tu Compañía en aquellos momentos especiales de nuestra vida.
Gracias por el caminar del Movimiento de la Esperanza, por esta etapa marcada de la presencia del Señor, de la abertura a nuestros hermanos, de ir creciendo en nuestra identidad como laicos, de la unificación de cada uno de los miembros y sobre todo de habernos enseñado a volar para compartir humildemente la alegría de dar conocer a nuestro bien amado Jesús.
Recibe todo nuestro cariño y apoyo incondicional, siempre cuenta con cada uno de nosotros.
…¡Valor hija!...Santa Ana Madre nuestra te premiará. Puedes estar tranquila, pues esto está asegurado a quien sufre; un día verás que tus penas se cambiarán en otras tantas piedras preciosas; tus sufrimientos, en júbilo y gozo… (Madre Rosa)
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